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No solo alergias: ¿cómo afecta el cambio de clima a nuestra salud?

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Cuando un día se siente como otoño y al día siguiente se siente como el comienzo del verano, el cuerpo responde en consecuencia. Las estaciones de transición, con los cambios bruscos de temperatura y humedad, a veces nos hacen sentir a todos como si algo "no estuviera bien".

Fatiga que no desaparece, secreción nasal que comienza sin motivo, tos que aparece de repente y, a veces, solo una sensación general de pesadez. ¿Es un virus, una reacción al polen o tal vez solo un cambio temporal? En el siguiente artículo, trataremos de explicar por qué las estaciones de transición afectan a la salud y cómo puedes superarlas de forma segura.

Los cambios climáticos también confunden al cuerpo

Las temperaturas durante las estaciones de transición se caracterizan por fluctuaciones extremas: mañanas frescas, tardes cálidas y un viento sorprendente por la noche. Tales condiciones dificultan que el cuerpo mantenga el equilibrio interno, especialmente en el sistema inmunológico, que se ve constantemente obligado a adaptarse a un entorno cambiante.

El resultado es una disminución temporal de la resistencia a los contaminantes y una tendencia a desarrollar síntomas leves a moderados, como fatiga, sensación general de malestar y, a veces, también Dolor de garganta , que se desarrolla debido a la sequedad, la exposición al viento frío o la actividad viral estacional.

El cuerpo se enfrenta no solo a las temperaturas en sí, sino también a las condiciones ambientales cambiantes: cambios en la humedad, cambio entre espacios climatizados y aire frío, así como la exposición al polen o las bacterias que circulan en el aire.

Virus estacionales: familiares pero siempre sorprendentes

Los virus de las estaciones de transición no son tan fuertes como los del invierno, pero ciertamente hacen su trabajo. El rinovirus, por ejemplo, es uno de los virus más comunes en estas estaciones, y se sabe que es el principal responsable de los resfriados estacionales. Es altamente contagiosa, relativamente resistente a las condiciones ambientales cambiantes y funciona principalmente cuando la temperatura es agradable, al igual que en primavera y otoño.

Los síntomas comunes incluyen secreción nasal, estornudos, tos seca, fatiga general y, a veces, fiebre baja. Debido a que se asemejan a los signos de una alergia, a muchas personas les resulta difícil entender si padecen una enfermedad viral o simplemente una reacción estacional.

¿Quién lo siente más?

Mientras que algunas personas pasan por las estaciones de transición sin ningún signo especial, otras sienten algún ligero cambio. Los niños, por ejemplo, son particularmente sensibles porque su sistema inmunológico aún se está desarrollando. Están expuestos a virus en jardines de infancia, escuelas y espacios interiores, y su respuesta es más aguda y rápida.

Los ancianos también experimentan las estaciones de transición de una manera más pronunciada, principalmente debido a una disminución natural en el funcionamiento del sistema inmunológico. En ellos, un virus leve puede empeorar rápidamente y provocar complicaciones. Además, las personas con enfermedades crónicas, asma o alergias respiratorias experimentan un empeoramiento en esta época del año.

Para las personas que sufren de alergias, la primavera y el otoño también son todo un desafío. El polen, los ácaros del polvo doméstico, el moho que se acumula después de la primera lluvia: todos estos afectan el sistema respiratorio y causan síntomas que se asemejan a un resfriado, pero no son causados por un virus.

A continuación, te explicamos cómo pasar la temporada sin irte a la cama

Las estaciones de transición pueden ser desafiantes, pero puedes superarlas pacíficamente con un poco de conciencia y un mantenimiento adecuado del cuerpo. Estos son algunos consejos que pueden ayudar:

·         Vístete en capas: Incluso si es una tarde calurosa, invierte en una bufanda, una chaqueta ligera o una prenda larga, especialmente por la mañana y por la noche.

·         Nutrición fortificante: Asegúrese de comer una dieta rica en vitaminas, antioxidantes y líquidos.

·         Sueño de calidad: La falta de sueño debilita el cuerpo y aumenta la susceptibilidad a las infecciones.

·         Higiene: Asegúrese de lavarse las manos, no tocarse la cara y desinfectar los objetos comunes en el trabajo o en casa.

·         Ventilación: Abra las ventanas de las habitaciones cerradas y evite las estancias prolongadas en lugares con aire acondicionado artificial únicamente.

En conclusión , las estaciones de transición traen belleza natural, floración y renovación a nuestras vidas, pero también desafíos de salud que no siempre son visibles. Cuando la temperatura fluctúa y los virus se aprovechan de la inestabilidad, debemos ir un paso por delante de ellos. Al escuchar al cuerpo, fortalecer el sistema inmunológico y ajustar sus hábitos a la temporada, puede superar este período con calma y mantenerse saludable durante todo el año.

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